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Artículos de Bolsa (Análisis de empresas)

Qué es el balance de una empresa

El balance es el patrimonio de la empresa. Incluye 3 conceptos:
1) Activo: Es todo aquello que pertenece a la empresa y tiene valor; fábricas, marcas comerciales, terrenos, locales, productos, maquinarias, etc.
2) Pasivo: Es lo que debe la empresa, sus deudas.
3) Patrimonio neto: Es el activo menos el pasivo, lo que tiene menos lo que debe.
Supongamos una empresa con el siguiente balance:
Activo:
      Fábricas valoradas en 500 MM de euros
      Locales valorados en 200 MM de euros
      Maquinaria valorada en 50 MM de euros
Pasivo:
      Deudas por valor de 300 MM de euros
Su patrimonio neto es de 450 MM de euros (500 + 200 + 50 – 300).
El valor que se asigna a los activos en el balance es el valor contable, que no tiene por qué coincidir con el valor de mercado y de hecho en muchas ocasiones no lo hace. Por ejemplo, a veces una empresa tiene valorados en su balance unos terrenos al precio al que los compró hace bastantes años, incluso décadas. También puede suceder que la empresa tenga una filial no cotizada en Bolsa y la tenga valorada muy por debajo del precio que tendría en caso de que decidiera venderla o sacarla a Bolsa.
Precisamente esta es una de las principales dificultades de la inversión de valor. Si los balances reflejaran el valor real de los activos sería muy fácil detectar si una empresa está sobrevalorada o infravalorada, ya que bastaría con comparar su valor contable, que coincidiría con el valor real, con la cotización. Pero valor contable y valor real no coinciden habitualmente.
Para hallar ese valor real de los activos hay que saber estimar el valor de fábricas, terrenos, locales, marcas comerciales, inventarios, filiales, etc., lo cual no es nada fácil.
Las deudas sí están reflejadas en el balance con su valor real, ya que es algo conocido y fácil de determinar.
El balance es una “fotografía” de un momento concreto. Las empresas cotizadas presentan su cuenta de resultados al cierre de cada trimestre y, a la vez, presentan su balance actualizado. El valor de los activos y de las deudas cambia con el tiempo.

Correlación entre el valor de una empresa y su cotización

La correlación entre el valor de una empresa y su cotización es muy fuerte en el largo plazo, pero más débil en el corto y medio plazo.
 Hay dos formas principales de valorar una empresa utilizando el análisis fundamental, según su cuenta de resultados o según su balance:
Estos 2 métodos pueden utilizarse de forma independiente o combinándolos entre sí.
Es importante tener en cuenta que no todas las personas que intervienen en el mercado de valores son inversores de largo plazo. Si lo fueran las cotizaciones tendrían una volatilidad mucho más baja de la que tienen realmente y estarían siempre cotizando a un precio muy cercano a su valor.
Pero en el mercado intervienen inversores y traders con todo tipo de estrategias y horizontes temporales. Conviven inversores que compran acciones para dejárselas a sus hijos con traders que no tardan más de 1 minuto en cerrar cada operación, pasando por infinidad de situaciones intermedias. Esto es lo que hace que a corto y medio plazo la correlación entre la cotización de una empresa y su valor sea relativamente débil. Muchas de las personas que compran acciones no tienen ningún interés en conocer el valor de las empresas, pero eso no quiere decir que sean malos inversores o que obtengan malos resultados. Simplemente quiere decir que su forma de operar es muy distinta, ni mejor ni peor.
Esta descorrelación supone una fuente de inseguridad para muchos inversores de largo plazo, que no se explican, por ejemplo, que una buena empresa con beneficios crecientes pueda seguir cayendo en el mercado. El problema es que analizan la situación como si todo el que invierte en esa empresa tuviera su misma mentalidad y no encuentran razonable que se vendan acciones de una empresa sólida a precios de saldo. La explicación está en la gran variedad de intervinientes del mercado con infinidad de objetivos distintos y en ocasiones contradictorios.
Pero esta descorrelación de corto y medio plazo entre el precio y el valor de las empresas debería ser vista por los inversores de largo plazo como algo muy bueno porque supone la aparición de grandes oportunidades de compra, y de venta, que no se producirían si todos los que compran acciones fueran inversores de largo plazo. Un inversor de largo plazo no debería quejarse porque las acciones de una buena empresa caigan por razones técnicas del mercado mientras sus beneficios siguen subiendo, sino que debería aprovechar para invertir en esa empresa con la seguridad de que a largo plazo el valor de una empresa y su precio convergen.

Bajo no es lo mismo que barato. Alto y caro tampoco son lo mismo

Estos conceptos son totalmente distintos, pero se confunden con mucha facilidad y esta confusión da lugar a grandes errores.
De una empresa que ha caído mucho se puede decir que su cotización está baja, pero eso no quiere decir necesariamente que esté barata. Igualmente se puede decir que una empresa que ha subido mucho está muy alta, pero tampoco eso implica que tenga que estar cara.
Alto y bajo son conceptos que se refieren únicamente a la cotización actual y su relación con cotizaciones pasadas. Una cotización está baja si en el pasado ha estado más alta, pero eso no nos dice nada sobre lo cara o barata que esté la empresa. Puede suceder que una empresa caiga de 100 euros a 1 euro y esté carísima, a pesar de estar muy baja. Esto tiene varias explicaciones:
  • La empresa está cara a 1 euro y a 100 euros estaba 100 veces más cara.

  • La empresa no estaba cara a 100 euros en el pasado pero su negocio se ha deteriorado y sus beneficios y activos se han visto mermados en gran medida. Eso hace que dada la situación actual de la empresa un precio de 1 euro resulte caro.
También puede suceder que una empresa haya subido mucho pero sus beneficios hayan subido aún más, por lo que está más barata de lo que estaba antes de la última subida (de cotización y beneficios).
Muchos inversores compran empresas que están bajas y venden empresas que están altas creyendo que están comprando barato y vendiendo caro.
Lo realmente importante es determinar si una empresa está cara o barata , para lo que hay que analizar su balance y/o su cuenta de resultados.
Una empresa está barata si su valor está por encima de su cotización, independientemente de que dicha cotización esté baja o alta, y estará cara si su valor está por debajo de la cotización, sin importar que esta sea alta o baja.
Cuando una empresa sale a Bolsa mediante una OPV no existen cotizaciones pasadas, por lo que no está ni alta ni baja. Pero analizando su cuenta de resultados y su balance sí se puede llegar a determinar si la empresa está cara o barata.
Cuando un inversor de largo plazo invierte en una empresa debería tener una mentalidad parecida a la de las salidas a Bolsa. En primer lugar debería valorar la empresa y estimar si está cara o barata, sin tener en cuenta sus cotizaciones pasadas. Una vez que haya determinado que está barata entonces puede tener en cuenta si está alta o baja y utilizar el análisis técnico para determinar el momento de la entrada.

Con qué PER debe cotizar una empresa

Esta pregunta no tiene una respuesta exacta.
El PER “justo” al que debería cotizar una empresa depende de muchos factores. Consideraremos que el PER “justo” es aquel en el que la empresa no está ni cara ni barata. Es decir, por encima de ese nivel la empresa cada vez estaría más cara y por debajo cada vez más barata.
Este PER “justo” depende básicamente de 2 cosas:
  • El nivel de los tipos de interés: tipo de intervención oficial de los bancos centrales, tipo de interés de la deuda pública, etc.

  • El crecimiento esperado para el beneficio por acción BPA de la empresa en los próximos años.
No es lo mismo que los bonos a 10 años den un 3% que un 6%, como tampoco es lo mismo que dicha rentabilidad esté bajando o subiendo en el pasado reciente o que se espere que en el futuro vaya a aumentar o disminuir.
Tampoco es lo mismo que en los últimos años el BPA haya crecido de media al 8% ó al 20%, ni que en el futuro se espere un crecimiento del 12% ó del 18%.

La única forma de intentar determinar si un PER está alto o bajo es la experiencia. Las únicas afirmaciones que se pueden hacer en este sentido son:

  • Una empresa no está más barata que otra sólo porque su PER sea más bajo. Por ejemplo una empresa con un PER de 15 puede estar más barata que otra con un PER de 10 porque el crecimiento de su BPA sea mucho mayor.
  • Los niveles históricos de PER no son referencias totalmente válidas. Por ejemplo, porque una empresa nunca haya cotizado en el pasado con un PER por debajo de 10 no quiere decir que no lo pueda hacer en el futuro, de la misma forma que una empresa puede cotizar con un PER superior a cualquiera de los que haya tenido en el pasado si el crecimiento de su BPA actual y futuro así lo justifica. Conocer niveles de PER históricos puede ser una ayuda útil, pero siempre hay que analizarlos en las circunstancias actuales y no tomarlos como referencias absolutas e inquebrantables.

La utilidad de los informes de los analistas

Los analistas de los bancos de inversión y de las sociedades de valores publican habitualmente análisis sobre las empresas en los que tratan tanto la situación actual de la empresa como sus perspectivas de futuro.
Estos análisis son muy interesantes por varias cosas:
            1) Sirven para conocer mejor el funcionamiento general de la empresa
            2) Identifican variables importantes para la marcha del negocio de la empresa: Por ejemplo, a algunas empresas les afecta especialmente la evolución del dólar, o la regulación del Estado, o la caducidad de unas patentes, o la penetración de internet en los hogares, o el coste de los créditos, o el precio del petróleo, etc. Con esto cualquier inversor puede hacer estimaciones sobre los beneficios futuros de la empresa. No hace falta que estas estimaciones sean exactas, es decir, no es necesario saber calcular exactamente cuál será el beneficio por acción (BPA) de cierta empresa durante los próximos 3 años. Los bancos de invesión tienen equipos de profesionales muy bien preparados que se dedican en exclusiva a hacer estimaciones sobre los BPA y cada banco o sociedad obtiene previsiones distintas. Como es lógico sólo puede acertar uno de ellos, como mucho. La buena noticia es que para ganar dinero invirtiendo no es necesario acertar con el BPA exacto. Una forma sencilla y útil de utilizar estos informes es detectar los factores más importantes para la evolución del negocio de cada empresa y estimar si en el futuro van a comportarse mejor o peor que en el pasado. En función de eso se podrá esperar que el BPA crezca más rápida o más lentamente en el futuro de lo que lo ha hecho en el pasado. El problema es que a una empresa le suelen afectar varios factores importantes a la vez, y unos pueden evolucionar en el futuro de forma positiva y otros negativa. Invertir no es una ciencia exacta, esta es una herramienta más que puede resultar útil.
            3) Ofrecen previsiones sobre el BPA y el dividendo de la empresa para los próximos 2 ó 3 años: Lo más probable es que los datos reales no coincidirán con las previsiones, pero esto no es una crítica a los analistas. Nadie conoce el futuro, y menos con exactitud, por lo que no hay que pedir imposibles. La utilidad de estas cifras no está en su exactitud, sino en la tendencia que muestran. Por ejemplo, si se prevee que el BPA va a crecer a una media del 6% la conclusión que se debe extraer es que estamos ante una empresa de crecimiento bajo y si el crecimiento previsto es del 20% la empresa se puede encuadrar entre las de alto crecimiento. Es más importante saber si el crecimiento de la empresa se espera que sea bajo o alto que si será el 5,3% o el 6,2%. Tambien es interesante ver cómo han llegado a estas cifras, si han sido especialmente prudentes u optimistas, etc.
            4) También suelen ofrecer una visión general del sector en el que se encuentra la empresa. Es preferible invertir en empresas que están dentro de sectores en crecimiento y con futuro que en aquellas que se encuentran dentro de sectores en decadencia. Aunque tambien puede haber buenas empresas que representen buenas oportunidades de inversión en sectores poco interesantes.
            5) Es muy importante conocer los planes de futuro de la empresa, cómo piensa aumentar sus beneficios en los próximos años.
            6) Si la empresa tiene que afrontar en el futuro algún problema inportante de tipo legal, técnico, etc. tambien lo conocerá a través de estos informes y podrá incluirlo en sus estimaciones.
            7) Precio objetivo: Quizá esta sea la parte menos importante para un inversor de largo plazo, pero es en la que más suele fijarse el público y a la que más importancia dan los medios de comunicación. Cuando en un informe se dice “nuestro precio objetivo para los 12 próximos meses es de 20 euros” hay que interpretarlo como “si la acción llega a cotizar a 20 euros en algún momento de los próximos 12 meses nos parece un buen nivel de venta para los inversores de corto y medio plazo”. Para un invesor de largo plazo que piensa mantener las acciones de forma indefinida, o al menos durante muchos años, este dato no es importante.
Los informes de los analistas no son infalibles, pero son muy útiles para conocer mejor sus inversiones y tomar las decisiones con un mayor conocimiento de causa. Como es lógico unos informes son mejores que otros, pero en general tienen una buena calidad.
Estos informes generalmente se facilitan de forma gratuita a los clientes del banco o sociedad de valores que los realiza. Algunos bancos o sociedades los facilitan de forma gratuita al público en general.
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