Para quién no lo conozca, el Mito de Prometeo es así:
Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, y comen la carne.
Indignado por este engaño, Zeus prohibió a los hombres el fuego. Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, y lo consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse.
En otras versiones (notablemente, el Protágoras de Platón), Prometeo robaba las artes de Hefesto y Atenea, se llevaba también el fuego porque sin él no servían para nada, y proporcionaba de esta forma al hombre los medios con los que ganarse la vida.2
Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes al hermano de Prometeo: Epimeteo, en cuya casa se encontraba la jarra que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez (a causa de las advertencias de su hermano de no aceptar ningún regalo de los dioses; en castigo Prometeo sería encadenado). Pandora terminaría abriendo el ánfora, tal y como Zeus había previsto.
Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que lo llevaran al Cáucaso, o al Argimusco[cita requerida], donde fue encadenado por Hefesto con la ayuda de Bía y Cratos. Zeus envió un águila (hija de los monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, ya que este acto de liberación y misericordia ayudaba a la glorificación del mito de Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.
En resumen, Prometeo, ser olímpico, se apiada del Hombre y roba el fuego a los dioses para entregárselos, por pura filantropía, a los hombres. Luego, por ello, es castigado por los "poderes del Mundo".
En la inversión, estamos obteniendo la libertad que antes solo tenía una pequeña élite. Gregorio ha actuado como un prometeo, pero todos debemos hacer lo mismo, interiorizar el arquetipo prometeico y "robar el fuego" para que la gente sea libre. Si os dais cuenta, todas las ideologías (comunismo, fascismo, etc...) han dado vueltas sobre el asunto pero jamás han querido "robar el fuego". El hecho de que la gente no dependa ya solo de su trabajo, sino que la economía sea una red densa de relaciones empleado-empleador-empleado en el que trabajemos para nuestras empresas, y nuestras empresas trabajen para nosotros ha de cambiar el mundo. Solo de este modo se desactiva para siempre la dialéctica izquierda-derecha, proletario-burgués, porque ahora todos tendremos nuestro trabajo Y medios de producción a nuestro nombre. Solo así la sociedad ha de pensar de un modo simbiótico, porque bajar los impuestos a X colectivo o respetar los derechos de el otro será beneficioso para todos y para uno mismo. Solo así se han de acabar muchas escenas tristes, como el hecho de que haya gente que en su trabajo o en su vida soporte humillaciones porque está atado a X trabajo, o no tiene más ingresos.
Alguien espiritual diría que estamos resolviendo la parte "física", "material", de la vida, para poder pasar al siguiente estadio, menos "animal" (muchas veces cuando nos buscamos "las habichuelas" parecemos lobos rapaces) y más dedicado al sentido de la Vida en sí, a lo "espiritual".
Luego de darle vueltas y vueltas, además, uno se da cuenta que el fuego puede ser muy complicado, pero al final es simplísimo: compramos al precio que creemos adecuado medios de producción en "paquetes" o "sistemas" llamados empresas que ofrecen X servicio a la sociedad (mejor o peor, más o menos prometedor a largo plazo) y obtenemos siempre que es posible, rentas de ellos. Y este mensaje tan simple, el hecho de que todos hemos de obtener "manantiales de riqueza" es lo que hay que extender.
En definitiva, en este humilde foro y en general en toda la comunidad de inversión a largo plazo, estamos robando el fuego a los Dioses. Y eso es bueno.
Prometeo fue un gran benefactor de la humanidad. Urdió un primer engaño contra Zeus al realizar el sacrificio de un gran buey que dividió a continuación en dos partes: en una de ellas puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó en el vientre del buey y en la otra puso los huesos pero los cubrió de apetitosa grasa. Dejó entonces elegir a Zeus la parte que comerían los dioses. Zeus eligió la capa de grasa y se llenó de cólera cuando vio que en realidad había escogido los huesos. Desde entonces los hombres queman en los sacrificios los huesos para ofrecerlos a los dioses, y comen la carne.
Indignado por este engaño, Zeus prohibió a los hombres el fuego. Prometeo decidió robarlo, así que subió al monte Olimpo y lo cogió del carro de Helios o de la forja de Hefesto, y lo consiguió devolver a los hombres en el tallo de una cañaheja, que arde lentamente y resulta muy apropiado para este fin. De esta forma la humanidad pudo calentarse.
En otras versiones (notablemente, el Protágoras de Platón), Prometeo robaba las artes de Hefesto y Atenea, se llevaba también el fuego porque sin él no servían para nada, y proporcionaba de esta forma al hombre los medios con los que ganarse la vida.2
Para vengarse por esta segunda ofensa, Zeus ordenó a Hefesto que hiciese una mujer de arcilla llamada Pandora. Zeus le infundió vida y la envió por medio de Hermes al hermano de Prometeo: Epimeteo, en cuya casa se encontraba la jarra que contenía todas las desgracias (plagas, dolor, pobreza, crimen, etcétera) con las que Zeus quería castigar a la humanidad. Epimeteo se casó con ella para aplacar la ira de Zeus por haberla rechazado una primera vez (a causa de las advertencias de su hermano de no aceptar ningún regalo de los dioses; en castigo Prometeo sería encadenado). Pandora terminaría abriendo el ánfora, tal y como Zeus había previsto.
Tras vengarse así de la humanidad, Zeus se vengó también de Prometeo e hizo que lo llevaran al Cáucaso, o al Argimusco[cita requerida], donde fue encadenado por Hefesto con la ayuda de Bía y Cratos. Zeus envió un águila (hija de los monstruos Tifón y Equidna) para que se comiera el hígado de Prometeo. Siendo éste inmortal, su hígado volvía a crecer cada noche, y el águila volvía a comérselo cada día. Este castigo había de durar para siempre, pero Heracles pasó por el lugar de cautiverio de Prometeo de camino al jardín de las Hespérides y lo liberó disparando una flecha al águila. Esta vez no le importó a Zeus que Prometeo evitase de nuevo su castigo, ya que este acto de liberación y misericordia ayudaba a la glorificación del mito de Heracles, quien era hijo de Zeus. Prometeo fue así liberado, aunque debía llevar con él un anillo unido a un trozo de la roca a la que fue encadenado.
En resumen, Prometeo, ser olímpico, se apiada del Hombre y roba el fuego a los dioses para entregárselos, por pura filantropía, a los hombres. Luego, por ello, es castigado por los "poderes del Mundo".
En la inversión, estamos obteniendo la libertad que antes solo tenía una pequeña élite. Gregorio ha actuado como un prometeo, pero todos debemos hacer lo mismo, interiorizar el arquetipo prometeico y "robar el fuego" para que la gente sea libre. Si os dais cuenta, todas las ideologías (comunismo, fascismo, etc...) han dado vueltas sobre el asunto pero jamás han querido "robar el fuego". El hecho de que la gente no dependa ya solo de su trabajo, sino que la economía sea una red densa de relaciones empleado-empleador-empleado en el que trabajemos para nuestras empresas, y nuestras empresas trabajen para nosotros ha de cambiar el mundo. Solo de este modo se desactiva para siempre la dialéctica izquierda-derecha, proletario-burgués, porque ahora todos tendremos nuestro trabajo Y medios de producción a nuestro nombre. Solo así la sociedad ha de pensar de un modo simbiótico, porque bajar los impuestos a X colectivo o respetar los derechos de el otro será beneficioso para todos y para uno mismo. Solo así se han de acabar muchas escenas tristes, como el hecho de que haya gente que en su trabajo o en su vida soporte humillaciones porque está atado a X trabajo, o no tiene más ingresos.
Alguien espiritual diría que estamos resolviendo la parte "física", "material", de la vida, para poder pasar al siguiente estadio, menos "animal" (muchas veces cuando nos buscamos "las habichuelas" parecemos lobos rapaces) y más dedicado al sentido de la Vida en sí, a lo "espiritual".
Luego de darle vueltas y vueltas, además, uno se da cuenta que el fuego puede ser muy complicado, pero al final es simplísimo: compramos al precio que creemos adecuado medios de producción en "paquetes" o "sistemas" llamados empresas que ofrecen X servicio a la sociedad (mejor o peor, más o menos prometedor a largo plazo) y obtenemos siempre que es posible, rentas de ellos. Y este mensaje tan simple, el hecho de que todos hemos de obtener "manantiales de riqueza" es lo que hay que extender.
En definitiva, en este humilde foro y en general en toda la comunidad de inversión a largo plazo, estamos robando el fuego a los Dioses. Y eso es bueno.
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