[video]Hoy día 22, día de la lotería de Navidad, es considerado por muchos desafortunados en el juego como el día de la salud. Para ellos el premio más importante es tener salud, aunque con escasez de dinero. No podemos comparar la especulación en la compra de un décimo de lotería con la inversión a largo plazo en una acción de una compañía. Aunque son muchas las diferencias entre ambas quisiera destacar precisamente el papel decisivo que juega la salud en nuestras inversiones.
Desde que iniciamos nuestro camino como inversores se incide mucho sobre nuestro perfil de riesgo. Se da por hecho que cada inversor tiene un carácter y personalidad propia que le aboca a un determinado estilo o estrategia de inversión. Desde las gestoras que comercializan los fondos de inversión o planes de pensiones que pretenden vendernos dan por hecho que es nuestra zona de confort, la cual no debemos rebasar para precisamente no mermar nuestra salud. Tanto física como psíquica. Se considera que aquellos insensatos que se alejen de dicha zona al pretender gestionar por si solos su patrimonio tendrán una peor salud. Los riesgos en un ámbito nuevo de actuación aumentan considerablemente. Entre todos ellos quizás el mayor sea sufrir, al que muchos llaman, el asesino silencioso: la hipertensión arterial. Comparable al poder del interés compuesto pero en negativo. Capaz de actuar sobre nuestro organismo de forma velada durante años pero sin compasión. Tener mas de 40 años, vivir en ciudad, trabajar con estrés, soltero, sedentario, alimentación desequilibrada, introvertido, carácter perfeccionista, y adicciones varias, entre otros factores, también pueden desencadenar esta enfermedad por si solos o de manera combinada. Parece que delegar nuestras finanzas personales en agentes profesionales nos evitará sufrir la ansiedad que a la postre puede resultar letal en el transcurso de los años. Los valores normales de 120-80 mmHg se pueden ver muy alterados de manera constante, pero sobretodo en momentos de gran convulsión en la bolsa, pudiendo provocar un ictus o paro cardiaco. Que triste paradoja resultaría ser el mas rico del cementerio.
Afortunadamente quiero pensar que esta situación no siempre se tiene que dar. Creo que la zona de confort, incluso también el círculo de competencias, están para ser reconocidos en un primer momento pero después se han de superar con amplitud de miras y empeño. Ayuda bastante entrenar estas virtudes cuando aún se es joven porque llegando a cierta edad el reto se complica. El avance y desarrollo espectacular de las naciones a lo largo de la historia no se hubiesen dado nunca sin estas premisas. B&H no significa comprar y rezar. Nuestra estrategia debe estar fundamentada y ser lo más rigurosa dentro de lo posible. Reconociendo siempre la subjetividad del valor de los activos que adquirimos.
Salud y suerte.
Desde que iniciamos nuestro camino como inversores se incide mucho sobre nuestro perfil de riesgo. Se da por hecho que cada inversor tiene un carácter y personalidad propia que le aboca a un determinado estilo o estrategia de inversión. Desde las gestoras que comercializan los fondos de inversión o planes de pensiones que pretenden vendernos dan por hecho que es nuestra zona de confort, la cual no debemos rebasar para precisamente no mermar nuestra salud. Tanto física como psíquica. Se considera que aquellos insensatos que se alejen de dicha zona al pretender gestionar por si solos su patrimonio tendrán una peor salud. Los riesgos en un ámbito nuevo de actuación aumentan considerablemente. Entre todos ellos quizás el mayor sea sufrir, al que muchos llaman, el asesino silencioso: la hipertensión arterial. Comparable al poder del interés compuesto pero en negativo. Capaz de actuar sobre nuestro organismo de forma velada durante años pero sin compasión. Tener mas de 40 años, vivir en ciudad, trabajar con estrés, soltero, sedentario, alimentación desequilibrada, introvertido, carácter perfeccionista, y adicciones varias, entre otros factores, también pueden desencadenar esta enfermedad por si solos o de manera combinada. Parece que delegar nuestras finanzas personales en agentes profesionales nos evitará sufrir la ansiedad que a la postre puede resultar letal en el transcurso de los años. Los valores normales de 120-80 mmHg se pueden ver muy alterados de manera constante, pero sobretodo en momentos de gran convulsión en la bolsa, pudiendo provocar un ictus o paro cardiaco. Que triste paradoja resultaría ser el mas rico del cementerio.
Afortunadamente quiero pensar que esta situación no siempre se tiene que dar. Creo que la zona de confort, incluso también el círculo de competencias, están para ser reconocidos en un primer momento pero después se han de superar con amplitud de miras y empeño. Ayuda bastante entrenar estas virtudes cuando aún se es joven porque llegando a cierta edad el reto se complica. El avance y desarrollo espectacular de las naciones a lo largo de la historia no se hubiesen dado nunca sin estas premisas. B&H no significa comprar y rezar. Nuestra estrategia debe estar fundamentada y ser lo más rigurosa dentro de lo posible. Reconociendo siempre la subjetividad del valor de los activos que adquirimos.
Salud y suerte.
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