La OCU cambia de consejo a *VENTA*, dado el deterioro de fundamentales, de su filial británica, Brexit y el claro empeoramiento de los resultados para 2019.
No sé si este puede ser uno de esos casos en los que los fundamentales de una empresa se deterioren de manera permanente.
No sé si este puede ser uno de esos casos en los que los fundamentales de una empresa se deterioren de manera permanente.
La acción cotiza a menos de la mitad de su valor contable y empieza a parecernos correcta, pero el riesgo es elevado y la tendencia juega en su contra.
VENDA.
Los resultados de 2018 decepcionaron: el beneficio, de 0,06 euros por acción, fue menos de la mitad de los 0,14 euros de un año atrás y estuvo muy por de-bajo de los 0,16 euros que esperába-mos, en buena parte por las pérdidas extraordinarias derivadas de la crisis informática de su filial británica TSB (0,08 euros) y por el saneamiento del ladrillo (0,03 euros). De cara al futuro, haber soltado lastre jugará a su favor, pero el panorama está lejos de despe-jarse. Las cuentas ya reflejaban un negocio bancario débil y el BCE acaba de echar un jarro de agua fría: confirma un serio empeoramiento del escenario macro en la zona euro, que conllevará nuevas inyecciones de liquidez en los bancos para estimular la economía real y un retraso en la esperada subida de tipos. Un lastre para el sector en gene-ral y el Sabadell en particular, uno de los bancos españoles junto con Bankia más expuestos a los tipos de interés y que, con el Brexit a la vuelta de la es-quina, se ve penalizado por su negocio británico. Todo ello nos lleva a rebajar de forma notable las previsiones de beneficio de 0,18 a 0,13 euros y divi-dendo de 0,07 a 0,03 para 2019.
VENDA.
Los resultados de 2018 decepcionaron: el beneficio, de 0,06 euros por acción, fue menos de la mitad de los 0,14 euros de un año atrás y estuvo muy por de-bajo de los 0,16 euros que esperába-mos, en buena parte por las pérdidas extraordinarias derivadas de la crisis informática de su filial británica TSB (0,08 euros) y por el saneamiento del ladrillo (0,03 euros). De cara al futuro, haber soltado lastre jugará a su favor, pero el panorama está lejos de despe-jarse. Las cuentas ya reflejaban un negocio bancario débil y el BCE acaba de echar un jarro de agua fría: confirma un serio empeoramiento del escenario macro en la zona euro, que conllevará nuevas inyecciones de liquidez en los bancos para estimular la economía real y un retraso en la esperada subida de tipos. Un lastre para el sector en gene-ral y el Sabadell en particular, uno de los bancos españoles junto con Bankia más expuestos a los tipos de interés y que, con el Brexit a la vuelta de la es-quina, se ve penalizado por su negocio británico. Todo ello nos lleva a rebajar de forma notable las previsiones de beneficio de 0,18 a 0,13 euros y divi-dendo de 0,07 a 0,03 para 2019.
Comentario