La arena bursátil contemplará hoy también la eterna batalla entre toros y osos, alcistas y bajistas. Por un lado, la buena noticia de la deuda periférica. Con tongo o sin tongo, lo cierto es que los Estados europeos con problemas se van a financiar de una forma mucho más cómoda que antes. No es que esta subasta haya salido bien. Lo normal es que se haya creado un mecanismo que permita que estructuralmente el problema de la deuda se encarrile cierto tiempo. ¿Qué se consigue con un truco? Pues que se consiga con truco.
Las consecuencias a largo plazo no importan: ya se venderá en su momento. El mercado a corto se comporta como en los ligues veraniegos, no como en los matrimonios. Cuando uno compra a largo plazo basado en el dividendo, es como si se casara con la acción. Y busca algo estable, fiel… Pero en el día a día se trata de ligar. Si hoy sube, que todo este montaje vaya a estallar en un tiempo nos da lo mismo.
Un gestor de fondos dijo que todo esto es una estafa piramidal. Y se puso corto en deuda, pensando que la gente se daría cuenta y el sistema se caería. Pues ahora se ha tenido que poner largo. La gente se ha dado cuenta, pero da igual. Disfruta del cabaret: lo único importante es salir el minuto antes al de la llegada de la policía para cerrarlo y hacer la correspondiente redada.
Pero los osos no están hibernando.
El 20 de marzo, la República Helénica debe hacer frente al pago de un bono por importe de 14.500 millones de euros. Para ese día, tiene que haber acuerdo con los acreedores. Entre los que me encuentro, por cierto, como ya he comentado. Por eso lo vivo un poco en primera persona, lo que es más emocionante. Bien, el caso es que tiene que haber acuerdo.
¿Qué pasa si no hay acuerdo?
La aceptación de la quita por parte de los acreedores es esencial, fundamental, en el plan de rescate de Grecia. Si no hay acuerdo, se considera que hay “default”. Si hay “default” los acreedores pueden pedir que se ejecuten los CDS, o sea los seguros de impago y entonces la tenemos, claro. Bancos y aseguradoras tendrían que hacer frente a una suma de la que no tenemos idea. Pero pequeña no es, eso seguro.
La cosa se complica todavía más porque el plan se rescate europeo se ha hecho suponiendo que esa quita se produciría. En las cuentas ya se considera como si se hubiera producido.
O sea que no está previsto que, en caso de que no haya acuerdo, llegue Europa y diga “toma, los 14.500 millones, me los apuntas con los demás, y ya si eso me los devuelves con el resto que te he prestado”.
Un follón.
Y el follón suele ser el alimento de los osos. Incluso más que los salmones.
Por el momento no obstante los osos siguen en las montañas. Para el 20 de marzo queda mucho… o poco según se considere, claro. Si la Bolsa considera que queda poco, pueden empezar los nervios. Hoy hay reunión entre banqueros y políticos y si no hay acuerdo (y parece que no lo habrá) pueden empezar los nervios. O no, insisto, quedan todavía algo más de dos meses.
Hoy, en la lucha entre los formidables animales, los toros son una realidad y los osos una amenaza. Los toros en consecuencia llevan las de ganar. Lo harán, salvo que se piense que los osos no están perdidos en las remotas cumbres sino mucho más cerca de lo que se creía. Tampoco hace falta que estén muy cerca, creo. La amenaza esta vez es terrorífica. Es destrozar todo el mecanismo de rescate de Grecia. Para replantearlo todo otra vez, incluyendo la ruptura del euro. Si hacen un poco de ruido, los osos se impondrán.
En menos de una hora se abren las puertas del coliseo y los contendientes pisarán la arena.
Las consecuencias a largo plazo no importan: ya se venderá en su momento. El mercado a corto se comporta como en los ligues veraniegos, no como en los matrimonios. Cuando uno compra a largo plazo basado en el dividendo, es como si se casara con la acción. Y busca algo estable, fiel… Pero en el día a día se trata de ligar. Si hoy sube, que todo este montaje vaya a estallar en un tiempo nos da lo mismo.
Un gestor de fondos dijo que todo esto es una estafa piramidal. Y se puso corto en deuda, pensando que la gente se daría cuenta y el sistema se caería. Pues ahora se ha tenido que poner largo. La gente se ha dado cuenta, pero da igual. Disfruta del cabaret: lo único importante es salir el minuto antes al de la llegada de la policía para cerrarlo y hacer la correspondiente redada.
Pero los osos no están hibernando.
El 20 de marzo, la República Helénica debe hacer frente al pago de un bono por importe de 14.500 millones de euros. Para ese día, tiene que haber acuerdo con los acreedores. Entre los que me encuentro, por cierto, como ya he comentado. Por eso lo vivo un poco en primera persona, lo que es más emocionante. Bien, el caso es que tiene que haber acuerdo.
¿Qué pasa si no hay acuerdo?
La aceptación de la quita por parte de los acreedores es esencial, fundamental, en el plan de rescate de Grecia. Si no hay acuerdo, se considera que hay “default”. Si hay “default” los acreedores pueden pedir que se ejecuten los CDS, o sea los seguros de impago y entonces la tenemos, claro. Bancos y aseguradoras tendrían que hacer frente a una suma de la que no tenemos idea. Pero pequeña no es, eso seguro.
La cosa se complica todavía más porque el plan se rescate europeo se ha hecho suponiendo que esa quita se produciría. En las cuentas ya se considera como si se hubiera producido.
O sea que no está previsto que, en caso de que no haya acuerdo, llegue Europa y diga “toma, los 14.500 millones, me los apuntas con los demás, y ya si eso me los devuelves con el resto que te he prestado”.
Un follón.
Y el follón suele ser el alimento de los osos. Incluso más que los salmones.
Por el momento no obstante los osos siguen en las montañas. Para el 20 de marzo queda mucho… o poco según se considere, claro. Si la Bolsa considera que queda poco, pueden empezar los nervios. Hoy hay reunión entre banqueros y políticos y si no hay acuerdo (y parece que no lo habrá) pueden empezar los nervios. O no, insisto, quedan todavía algo más de dos meses.
Hoy, en la lucha entre los formidables animales, los toros son una realidad y los osos una amenaza. Los toros en consecuencia llevan las de ganar. Lo harán, salvo que se piense que los osos no están perdidos en las remotas cumbres sino mucho más cerca de lo que se creía. Tampoco hace falta que estén muy cerca, creo. La amenaza esta vez es terrorífica. Es destrozar todo el mecanismo de rescate de Grecia. Para replantearlo todo otra vez, incluyendo la ruptura del euro. Si hacen un poco de ruido, los osos se impondrán.
En menos de una hora se abren las puertas del coliseo y los contendientes pisarán la arena.
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