Saqueo desde las alcantarillas...
- El caso Emarsa desvela la corrupción desde la depuradora pública de Valencia
- Sus gestores derrocharon más de 20 millones en caprichos, lujo y regalos
- Gastaron 140.000 euros en viajes, 13.000 en relojes, 75.000 en joyas...
- El alcalde de Manises, uno de los 27 imputados, dimitió el pasado jueves
- Alberto Fabra: 'Lo que está saliendo nos avergüenza como sociedad'
Regalos, hoteles, 'traductoras'
Los directivos de Emarsa utilizaron el dinero público de la entidad que gestionaban para comprar artículos de Loewe por valor de 12.000 euros, adquirir 13.000 euros en relojes o 75.000 en regalos y joyas, para alquilar coches de gama alta, gastar 140.000 euros en viajes o 6.000 en una comida, otros 6.000 en taxis. Para contratar y traer a España a supuestas traductoras rumanas a las que se alojaba en suites de primera en la costa valenciana. "Por lo visto hablaban francés, griego y el kamasutra", ironizó el PSOE tras conocer los recibos.
Se contrataban y pagaban servicios imposibles, noches de hotel en los que nadie se alojaba, facturas falsas a empresas amigas, se compraban cientos de teclados de ordenador para un local con apenas 30 mesas, teléfonos móviles, caros bolígrafos, reproductores de música... Año tras año los consejeros de Emarsa (todos) aprobaban las cuentas por unanimidad.
- El caso Emarsa desvela la corrupción desde la depuradora pública de Valencia
- Sus gestores derrocharon más de 20 millones en caprichos, lujo y regalos
- Gastaron 140.000 euros en viajes, 13.000 en relojes, 75.000 en joyas...
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Regalos, hoteles, 'traductoras'
Los directivos de Emarsa utilizaron el dinero público de la entidad que gestionaban para comprar artículos de Loewe por valor de 12.000 euros, adquirir 13.000 euros en relojes o 75.000 en regalos y joyas, para alquilar coches de gama alta, gastar 140.000 euros en viajes o 6.000 en una comida, otros 6.000 en taxis. Para contratar y traer a España a supuestas traductoras rumanas a las que se alojaba en suites de primera en la costa valenciana. "Por lo visto hablaban francés, griego y el kamasutra", ironizó el PSOE tras conocer los recibos.
Se contrataban y pagaban servicios imposibles, noches de hotel en los que nadie se alojaba, facturas falsas a empresas amigas, se compraban cientos de teclados de ordenador para un local con apenas 30 mesas, teléfonos móviles, caros bolígrafos, reproductores de música... Año tras año los consejeros de Emarsa (todos) aprobaban las cuentas por unanimidad.
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