Disculpen si divago un poco en este post pero no quería dejar de comentar algo que seguramente les pasa a muchos de ustedes, me refiero a la paz espiritual que siento ahora que tengo definida mi "estrategia de salida" para escapar de la carrera de ratas en la que estoy metido, que estoy completamente seguro es muy parecida a la que atrapa a muchos de los usuarios de este foro y a la mayoría de personas.
Cuando menciono "carrera de ratas" me refiero a lo que muchos conocemos. Es la rutina de un trabajo que detestamos pero que necesitamos para sobrevivir, con un sueldito de asco pero que nos permite continuar cubriendo nuestros gastos. En mi caso no es que deteste mi trabajo o la labor que realizo, sino el estar rodeado de personas incompetentes, de jefes inútiles y de un entorno realmente deprimente. Eso es lo que sentía antes de encontrar mi estrategia de salida. Daba palos de ciego pero ahora no.
Ahora que tengo definido cómo y de qué manera invertir, simplemente los problemas del trabajo han pasado a un segundo plano. En realidad, creo que he logrado captarlos en su real dimensión, que es ser casi irrelevantes. Esa paz espiritual que comenté al inicio es ver a los anteriormente insoportables compañeros y jefes, como simples mortales con los que uno debe compartir muchas horas de su vida, pero que ya no afectan mi salud mental. Son simplemente otros que en lugar de sufrir, disfrutan estar atrapados en la carrera de ratas. Allá ellos que no ven la salida, yo hace tiempo que la veo y me dirijo hacia ahí.
Cuando menciono "carrera de ratas" me refiero a lo que muchos conocemos. Es la rutina de un trabajo que detestamos pero que necesitamos para sobrevivir, con un sueldito de asco pero que nos permite continuar cubriendo nuestros gastos. En mi caso no es que deteste mi trabajo o la labor que realizo, sino el estar rodeado de personas incompetentes, de jefes inútiles y de un entorno realmente deprimente. Eso es lo que sentía antes de encontrar mi estrategia de salida. Daba palos de ciego pero ahora no.
Ahora que tengo definido cómo y de qué manera invertir, simplemente los problemas del trabajo han pasado a un segundo plano. En realidad, creo que he logrado captarlos en su real dimensión, que es ser casi irrelevantes. Esa paz espiritual que comenté al inicio es ver a los anteriormente insoportables compañeros y jefes, como simples mortales con los que uno debe compartir muchas horas de su vida, pero que ya no afectan mi salud mental. Son simplemente otros que en lugar de sufrir, disfrutan estar atrapados en la carrera de ratas. Allá ellos que no ven la salida, yo hace tiempo que la veo y me dirijo hacia ahí.
Comentario