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Frases famosas


Un inversor necesita hacer muy pocas cosas bien si evita grandes errores. No es necesario hacer cosas extraordinarias para obtener resultados extraordinarios (Warren Buffett)

Para invertir en Bolsa a largo plazo no hace falta tener unos conocimientos técnicos muy elevados que estén al alcance de muy poca gente. Los conocimientos necesarios para invertir en Bolsa son mucho más asequibles de lo que pueda parecer a las personas que empiezan a interesarse por la Bolsa o nunca lo han hecho.
Muy poca gente puede poner un cohete en la Luna, pero cualquiera puede aprender a invertir en Bolsa.
Una vez que se adquieren los conocimientos técnicos mínimos necesarios la mayoría de los grandes errores no se cometen por falta de conocimientos sino por dejar de lado el sentido común o no saber controlar las emociones, como la codicia y el miedo.
Si un inversor consigue evitar esos grandes errores a base utilizar siempre el sentido común, controlar sus emociones, etc. muy probablemente obtendrá unos resultados bastante superiores a la media.

Las oscilaciones salvajes en los precios en parte tienen más que ver con el comportamiento lemmings de los inversores institucionales que con los resultados obtenidos por la compañía (Warren Buffett)

Los lemmings son unos animales que según parece a veces se suicidan en grupo. Dicen que van unos detrás de otros y si el primero se tira por un acantilado los demás van detrás de él y también se tiran.
Los gestores de fondos de inversión tienen un comportamiento muy similar entre ellos. Para entender esto es fundamental conocer la naturaleza humana. El primer objetivo de un gestor de fondos de inversión es no perder su trabajo. Y la forma de mantenerse en el trabajo es no hacerlo mucho peor que el resto de gestores de fondos de inversión.
Entre los incentivos positivos (los bonus y demás por hacerlo mejor que la media) y los incentivos negativos (perder el trabajo si se hace peor que la media) estos últimos tienen más fuerza. Por eso todos los gestores se siguen muy de cerca y sus decisiones son bastante similares.
Muchos movimientos bruscos a corto plazo se producen porque un gestor o un pequeño grupo de gestores inician una serie de compras o ventas e inmediatamente son seguidos por los demás gestores. Analizando las cosas de forma objetiva probablemente no existe una razón suficiente para ese amplio movimiento, pero la entrada en tromba de todos los gestores (o al menos una gran parte de ellos) en una misma dirección provoca la sobrerreacción de las cotizaciones. Este tipo de movimientos se producen tanto al alza como a la baja.
También se puede comparar con las competiciones de vela.
En algunas ocasiones los barcos llegan a la última regata de la competición con unas puntuaciones tales que en esta última regata al barco X le basta con llegar justo detrás del barco Y para ganar la competición. Da igual que el barco Y quede 1º y el barco X quede 2º o que ambos queden en las posiciones penúltima y última, en cualquiera de los 2 casos el barco X gana la competición.
Los barcos de vela no van del punto A al punto B en línea recta, sino que van “dando rodeos” intentando aprovechar las corrientes y el viento mejor que los demás para llegar el primero. En situaciones como la descrita en el párrafo anterior el barco X sigue al barco Y pase lo que pase y vaya donde vaya. Los tripulantes del barco X se olvidan del viento, de las corrientes y de cualquier otra cosa que les sirva para navegar mejor y su único objetivo es seguir al barco Y “hasta el fin del mundo”. Si el barco Y se equivoca y elije el peor camino no pasa nada porque a ellos les basta con llegar justo detrás suyo para ganar la competición.
Los gestores funcionan de una forma similar. No es un gran problema hacerlo mal si los demás gestores también lo hacen mal, pero hacerlo mal mientras los demás lo hacen bien puede suponer la pérdida del trabajo. Por eso en muchas ocasiones hacen lo mismo que los demás gestores aunque crean que es el camino equivocado para evitar la posibilidad, aunque sea pequeña, de que los que parecían equivcados resulten estar en lo cierto.
Algunos gestores de fondos de inversión no siguen este comportamiento “lemming”, pero la mayoría se ajusta bastante bien a la descripción de Warren Buffett.

La capacidad de decir “no” es una enorme ventaja para un inversor (Warren Buffett)

Los pequeños inversores también tienen ventajas sobre los grandes inversores, aunque muchos no lo crean.
Un inversor particular tiene una flexibilidad mucho mayor que el gestor de un fondo de inversión, por ejemplo.
En momentos de euforia en los que las cotizaciones se encuentran sobrevaloradas el gestor de un fondo que reciba nuevas aportaciones constantemente no tiene más remedio que comprar, pero un inversor particular puede decir “no” y suspender las compras, o incluso realizar ventas, mientras el mercado se encuentre sobrevalorado.
El pequeño inversor también puede rechazar invertir en un sector que no conozca o que no le parezca atractivo, incluso a pesar de que esté muy de moda. El gestor de un fondo de inversión generalmente tiene que invertir en todos los sectores por la política del fondo de inversión que gestiona.
Este caso se dió durante la burbuja de internet, por ejemplo. El sector tecnológico y de internet entró en una burbuja que le hacía tener cada vez mayor peso en los índices generales (Ibex 35, Eurostoxx 50, S&P 500, etc.). Como la inmensa mayoría de los fondos de inversión replican de una forma más o menos directa los índices bursátiles cuanto más crecía la burbuja más dinero tenían que meter en este tipo de empresas, lo que a largo plazo les ocasionó fuertes pérdidas. Los inversores particulares, sin embargo, no tenían obligación de comprar este tipo de empresas, y así lo hicieron algunos obteniendo muy buenos resultados una vez que pinchó la burbuja.

El optimismo es el enemigo del comprador racional (Warren Buffett)

Es una frase similar a “Las dos grandes fuerzas que mueven el mercado son la codicia y el miedo”.
De la misma forma que es un error dejarse llevar por el miedo cuando la Bolsa baja y vender en los peores momentos para hacerlo solamente por la presión piscológica del entorno también es un error dejarse llevar por el ambiente general cuando todo el mundo compra y las acciones están sobrevaloradas porque la mayoría de los inversores han olvidado el control de riesgos. En esos momento también hay que tener la cabeza fría y no relajar el control del riesgo aunque la mayoría de los inversores lo olvide y obtengan beneficios a corto plazo porque si la situación se da la vuelta los que hayan controlado sus riesgos en todo momento serán los que ganen a largo plazo.

Compre compañías con buen historial de beneficios y con una posición dominante en el negocio (Warren Buffett)

Esta es la filosofía de Warren Buffett.
Para analizar una empresa es muy importante conocer su pasado; el buen historial de beneficios al que se refiere Warren Buffet. Es importantísimo ver qué ha sucedido en los últimos años con los beneficios, ingresos, dividendos, etc. de una empresa pero también es igualmente importante estimar las probabilidades de que esa buena senda se mantenga en el futuro o no. A eso es a lo que se refiere al hablar de la posición dominante en el negocio; ¿podrá la empresa mantener su hueco en el mercado o tiene una actividad en la que es muy probable que aparezcan nuevos competidores y eso haga que la empresa no tenga un futuro tan brillante como su pasado?.
Cuando se compran acciones de una empresa el dinero se va a ganar por lo que hará la empresa en el futuro, no por lo que haya hecho en el pasado. Y para estimar el futuro es muy importante analizar el pasado, ya que ambos están muy relacionados, y tener un conocimiento del negocio de la empresa que permita valorar si hay algo que puede romper en el futuro y de forma permanente esa buena evolución de la empresa en el pasado o no.
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